La escritora y periodista Florencia Etcheves habló con SinEmbargo sobre su más reciente novela, La cocinera de Frida: una poderosa historia sobre la amistad, la fuerza de la sangre y el poder del arte, que tiene como corazón la figura de la artista mexicana más famosa de todos los tiempos: Frida Kahlo”.
Ciudad de México, 17 de diciembre (SinEmbargo).– “¿Por qué Frida Kahlo se convirtió con el correr de los años en un ícono pop y otras mujeres que también han sido talentosísimas y han aportado a la historia de la humanidad con su arte, no?”.
Esa pregunta fue la motivación de la escritora y periodista Florencia Etcheves para empezar a trabajar una novela alejada de la biografía o la novela histórica y centrada totalmente en una trama ficticia.
El resultado es La cocinera de Frida (Planeta), una historia centrada en Nayeli, una joven tehuana que huye de su hogar en donde la quieren casar a la fuerza, para llegar a la Ciudad de México, en donde gracias a sus dotes en la cocina encuentra un lugar en la Casa Azul, donde Frida Kahlo vive aislada desde el accidente que la dejó paralítica.
“Frida supo de alguna manera interpretar los dolores, los sufrimientos, los desgarros que tantísimas mujeres muchas veces sentimos y a veces no sabemos cómo expresárselo al mundo, entonces yo creo que lo que pasa con Frida, más allá de su imagen fascinante, con sus huipiles y sus faldas, y sus flores, preciosísima, más allá de eso, creo que Frida nos habilitó un lenguaje”, comentó Etcheves en entrevista con SinEmbargo.
Florencia expresó que durante la elaboración del texto entendió que Frida Kahlo al igual que Diego Rivera al ser dos personas que existieron y muy cercanas al sentimiento de muchísimas hombres y mujeres y de la cultura mexicana, difícilmente podrían ser abordados desde su especialidad, el thriller. “Porque qué voy a hacer ¿convertir a Frida en una asesina serial?, una locura, no tenía ni pies ni cabeza”.
“Nada de lo que yo pudiera inventar sobre Frida Kahlo iba a ser mucho más fascinante de lo que fue Frida Kahlo, ya era un personaje que existió, yo no tenía que inventar nada, y ahí dije tengo que entrar a ese universo con un personaje que sí sea inventado, y con un personaje que yo sí pueda usar para hacer y deshacer a mi antojo, pero en la vida de ese personaje, no en la vida de Diego ni en la vida de Frida, y ahí es donde surge la posibilidad de Nayeli Cruz que al final de la novela hay una nota de autora donde claramente digo que Nayeli no existe, que es un artificio de mi imaginación”, compartió.
“Yo quería que existiera un intercambio entre esas dos mujeres, Frida es un personaje muy fuerte, el título de la novela es La cocinera de Frida, la protagonista es la cocinera, pero Frida es una impronta tan profunda que se come al personaje, por eso yo durante la primera parte de la novela se la dedico exclusivamente a Nayeli para que ella tenga un universo propio, ella trae un montón de cosas, yo no quería que estuviese desbalanceado, que ya, per se, está desbalanceado, al lado de Frida es difícil, pero yo quería que así como Frida se iba a convertir en la revolución de esa chiquita, en la revolución de Nayeli, también yo quería que Nayeli fuera lago, y Nayeli viene a traer desde Tehuantepec, desde Oaxaca, toda su tehuanés, que es eso que Frida siempre deseó”, ahondó.
Frida, expone, era una niña nacida y criada en Coyoacán, por lo que buscó que Nayeli fuera una tehuana para que existiera ese intercambio de dos cuestiones que a ambas les interesaba mucho, “Nayeli que quería ver el mundo y quería leer y escribir, porque leer y escribir es ver el mundo de alguna manera, y Frida que también quería absorber eso que tiene Nayeli en la sangre, yo quería que hubiese un intercambio, que Nayeli a pesar de ser una niña humilde y pequeña tuviese algo para ofrecer a una mujer que parece tenerlo todo y en realidad en el fondo por momentos no tenía nada”
Precisamente porque el género en el que Florencia Etcheves se desenvuelve es el noir, ideó una manera para que La cocinera de Frida no sólo transcurrierra desde finales de los 30 hasta el 54, que es cuando fallece la pintora mexicana. Para ello, desarrolló el libro en otro tiempo, en el 2018, en Buenos Aires, Argentina, donde Nayeli se asentó e hizo una familia tras la muerte de Frida, y en donde su nieta Paloma descubre la existencia de un misterioso cuadro donde su abuela es la protagonista, pero cuyo autor se desconoce.
“Quería que parte de la novela fuera en el presente, que es mi época, en Buenos Aires que es mi ciudad, porque necesitaba un espacio de remanso, porque la verdad es que todo lo demás me llevó muchísimo tiempo de investigación y de escritura muy minuciosa y de mucha consulta, no es fácil. Lo mío es el thriller, lo mío es el noir, mi expertis, yo me di cuenta que no podía ponerlo en el pasado, entonces lo puse en el presente, y generalmente cuando empiezo a escribir una novela policial, siempre pienso en cuál es la mecánica criminal que voy a elegir, y en este caso la mecánica criminal me la pedía la trama a gritos, era una mecánica criminal que tenía que ver con el arte, con el tráfico de arte, con los falsarios, con la falsificaciones de obras, por eso me gusto jugar el tema del falsario, que es qué es verdad y qué es mentira, esta obra que esta obra que estamos viendo, a mi me conmueve y resulta que no la pintó Picasso, la pintó otro señor, eso que yo sentí, que me conmoví ¿es mentira o es verdad? porque yo me conmoví de verdad, porque la obra estaba buena”, precisó.
Para Florencia Etcheves el tema de la mentira y la verdad fue algo con lo que pudo desarrollar esta trama, ya que Paloma tiene algo que para ella es muy valioso porque era de su abuela, quien la crió, y ese algo que tiene se lo quiere quitar un grupo de gente porque para ellos tiene un precio.
“A mí me gustaba mucho el tema de que Paloma pudiera desandar ese caminito que hablábamos recién, desarmar, desandar el camino de la abuela y encontrar todo lo que su abuela calló, las mujeres que nos precedieron muchas veces callaron muchas cosas, por vergüenza, por miedo, por un sin fin de razones tuvieron que ocultar, tuvieron que callar y llega una nueva época, que es el 2018, en donde Paloma que está criada distinta, viene a darle voz a su abuela, aprender a no callarse y a tratar de sacar de la oscuridad y de la vergüenza lo que había vivido su abuela, que ocultó tantos años”, puntualizó.